Interfaz de línea de comandos
Una interfaz de línea de comandos (CLI) es una interfaz basada en texto que permite a los usuarios interactuar con el sistema operativo de un ordenador o con aplicaciones de software escribiendo comandos en un terminal o consola. A diferencia de una interfaz gráfica de usuario (GUI), que utiliza elementos visuales como iconos y menús para interactuar con una aplicación, una CLI requiere que los usuarios introduzcan los comandos manualmente.
Los comandos de la CLI suelen estar formados por un nombre de comando seguido de uno o varios argumentos u opciones. Estos comandos pueden realizar una amplia gama de funciones, desde tareas sencillas de gestión de archivos, como crear, copiar y eliminar archivos, hasta tareas más complejas, como configurar ajustes de red o ejecutar diagnósticos del sistema.
Aunque al principio puede parecer intimidante utilizar una CLI, puede ser una potente herramienta para desarrolladores y administradores de sistemas que necesitan realizar tareas repetitivas o complejas de forma rápida y eficaz. Los comandos de la CLI se pueden programar, lo que significa que una serie de comandos se pueden guardar y ejecutar automáticamente, ahorrando tiempo y reduciendo el riesgo de errores.
Algunas interfaces CLI populares son el símbolo del sistema de Windows, los terminales de Unix y Linux y el terminal de macOS. Muchos lenguajes de programación también incluyen sus propias interfaces CLI para ejecutar código y la gestión de las dependencias.
En general, la interfaz de línea de comandos ofrece una forma flexible y eficaz de interactuar con los sistemas informáticos y las aplicaciones, lo que la convierte en una herramienta esencial tanto para desarrolladores como para usuarios avanzados.